Experiencia en el Huerto con 8 Alumnos TEA: Conexión, Aprendizaje y Naturaleza
Esta segunda semana de abril, y aprovechando la llegada de la primavera, en dos días diferentes (lunes 7 y miércoles 9 de abril) un grupo de ocho alumnos con Trastorno del Espectro Autista (TEA) de nuestro colegio, María Auxiliadora de Valencia, tuvo la oportunidad de participar en una actividad única y enriquecedora: jornadas en el huerto escolar Mamá Margarita. Esta experiencia, enmarcada dentro del PIIE «Mucho más que un huerto», fue más que una simple salida al aire libre; fue un espacio de aprendizaje vivencial, interacción social y conexión con la naturaleza.
El objetivo de la actividad era proporcionar un ambiente estructurado (gracias a la colaboración de Manolo Feases), pero flexible, donde los alumnos pudieran explorar sus sentidos, desarrollar habilidades motoras y mejorar su capacidad de comunicación. Además, la actividad buscaba fomentar la autonomía y la integración a través de tareas sencillas relacionadas con el cuidado del huerto, descubrir las diferentes plantas, como plantar semillas, regar plantas y observar el crecimiento de los cultivos.
Preparación y bienvenida: Desde el principio del mes, se han hecho sesiones con videos, tarjetas (pictogramas) con fotos e imágenes de lo que íbamos a ver en el huerto. Hicimos una sesión conjunta en el aula de AL, donde se hizo un dibujo individualizado de lo que ellos imaginaban que sería el huerto.
En las sesiones en el huerto se hizo un esfuerzo consciente para que cada alumno estuviera cómodo y comprendiera lo que iba a suceder. La actividad comenzó con una breve introducción al huerto, mostrando los diferentes tipos de plantas que crecían allí. Algunos alumnos, con una sensibilidad particular a los estímulos visuales y auditivos, pudieron explorar el espacio a su propio ritmo, mientras que otros se sintieron más cómodos trabajando en grupo.
Actividades realizadas: Cada uno de los estudiantes participó activamente en el proceso. Los alumnos, acompañados, en todo momento, de sus profesoras especialistas (Andrea (AL), Miren (PT) Cristina (Gabinete) y Begoña (Orientadora) y Manolo, realizaron diversas tareas, lo que permitió que pudieran concentrarse en una tarea a la vez y sentirse apoyados por los demás.
Las actividades incluyeron:
- Recorrer el huerto a sus anchas buscando los árboles y plantas que les dábamos en fotografías/pictogramas.
- Plantar semillas: A través de esta actividad, los estudiantes experimentaron con la arena y aprendieron sobre la vida de las plantas (necesitan agua, y sol), sino que también mejoraron su destreza manual al manipular herramientas y tierra.
- Cavar en el suelo con una pala.
- Riego: Utilizar las regaderas les permitió trabajar la coordinación motriz y, al mismo tiempo, entender la importancia del agua para el crecimiento de las plantas. ¡¡¡Les encantó la experiencia de llenar de agua la regadera, con la manguera y regar las plantas una y otra vez!!!
- Observación: Algunos alumnos se dedicaron a observar los insectos y pequeños animales que rondaban el huerto, estimulando su curiosidad natural y su capacidad de atención.
Aspectos sensoriales y emocionales: La experiencia en el huerto también fue una oportunidad para trabajar aspectos sensoriales. Manolo les permitió experimentar el olfato a través de oler plantas como la lavanda, la hierbabuena y el romero. Los aromas de la tierra, las plantas y las flores crearon un ambiente muy enriquecedor a nivel sensorial para ellos. El tacto de la tierra, el sonido del agua al regar y la vista de las plantas que crecían poco a poco proporcionaron estímulos ricos y positivos que contribuyeron al bienestar emocional de los participantes. Estaban felices y pletóricos.
Algunos de los estudiantes mostraron especial interés por ciertos tipos de plantas (“dientes de león y brocolis”), mientras que otros prefirieron centrarse en actividades más físicas, como mover la tierra con las palas o tocar y oler las plantas. Este enfoque flexible permitió que cada alumno trabajara a su propio ritmo, lo que facilitó la participación de todos.
Interacciones sociales: La dinámica en grupo también permitió que los alumnos trabajaran en equipo, favoreciendo las interacciones sociales. A través del trabajo colaborativo, los estudiantes tuvieron la oportunidad de aprender a compartir materiales, a seguir instrucciones y a colaborar en la consecución de una tarea común.
La experiencia en el huerto ha sido, sin duda, una experiencia enriquecedora para todos. No solo proporcionó un espacio para el aprendizaje académico sobre la naturaleza, sino que también permitió el desarrollo de habilidades emocionales, sociales y sensoriales que son esenciales para el desarrollo integral de los alumnos con TEA.
Esta actividad reafirma la importancia de ofrecer a los estudiantes con TEA experiencias prácticas y sensoriales que promuevan el aprendizaje a través del juego, la naturaleza y la interacción social, creando un entorno inclusivo donde todos puedan aprender y crecer juntos.
Ahora, no paran de repetir la palabra “Huerto”. Ha sido un acierto la experiencia que ha conseguido hacer a nuestros niños ¡¡MAS FELICES!!