DESPEDIDA DEL CURSO

Resiliencia de cada uno, beneficio para todos.

Agradecimiento es la primera idea que me nace cuando empiezo a escribir esta carta de final de curso para toda la comunidad educativa. Nos hemos reinventado y desarrollado como equipo de trabajo para estar a la altura de las circunstancias. Es cierto que se ha escrito y hemos leído mucho sobre lo que ha provocado esta emergencia sanitaria mundial y como nos ha afectado a cada uno de nosotros, pero como señala el título de la carta, yo apuesto por la RESILIENCIA y así continuar mejorando todos a nivel personal y como Comunidad Educativa.

Es necesario ser honestos y justos, ser realistas y no parapetarnos ante el problema común para reflexionar desde la sinceridad y la serenidad. Pienso que no debemos ocultarnos con excusas tan manidas como: “nos pilló desprevenidos “, “quién se lo iba a esperar”, “a todos nos ha pillado igual”…
Es necesario mirar lo acontecido y analizar como hemos actuado para mejorar y estar a la altura que se merece nuestro colegio centenario.

La mejor manera de superar esta situación es desaprendiendo, sí he dicho desaprendiendo, porque nos vamos a enfrentar a un septiembre donde todos los colegios se tendrán que reinventar, donde el comienzo de curso será un reto de organización, de estructura, de acompañamiento y de relación, pero estoy convencido que estaremos preparados, es más, creemos que supone un reto, un desafío, de donde saldremos más visibles a vuestros ojos y los de la sociedad y donde todos los docentes, PAS y equipo directivo estará preparado para mantener el continuo educativo de nuestros alumnos.

Esta situación provocó en todas las escuelas y organizaciones un punto de inflexión donde han florecido las verdaderas cualidades que tejen nuestra alma como colegio: salir al paso de las dificultades de los alumnos, escucha atenta de los problemas de algunas familias, adaptarse de manera inmediata a ese nuevo estilo de interacción social a través de una pantalla, un comunicado o una llamada y sin olvidar además el sufrimiento de muchos de nosotros de no tener la posibilidad de estar con nuestros hermanos, padres y seres queridos.
Hemos tenido que trabajar duro, muy duro para hacer visible nuestra propuesta de valor: LA ALEGRÍA DE CRECER JUNTOS. Entenderéis que esta misión se hacía prácticamente imposible con la realidad que estalló en marzo, seguramente lo podríamos haber hecho mejor, pero lo que os garantizo es que estuvimos 24 horas siete días a la semana, pensando, hablando y diseñando las mejores maneras de que sintierais el colegio presente.

Me gustaría compartir a modo de despedida una frase que nos puede guiar en el hoy para el mañana y aprendiendo del ayer:

«la presente pandemia nos está enseñando que solo si estamos unidos y haciéndonos cargo los unos de los otros, podremos superar los actuales desafíos globales y cumplir la voluntad de Dios, que quiere que todos sus hijos vivan en comunión y prosperidad».
Papa Francisco

Feliz Verano a todos y os esperamos en septiembre.