Hablar de la adolescencia siempre es complicado, sabemos que es una etapa por la que todos nuestros hijos/as deben pasar. A veces nos encontramos ante situaciones que no entendemos, de repente, nuestro hijo ha perdido el interés por estar con nosotros, ya no nos cuenta lo que le ocurre e incluso parece que todo aquello que llevamos inculcándoles desde pequeños está desapareciendo, pero no os preocupeis, no es así, simplemente necesitan descubrirse, conocerse y esta es una de las maneras que tiene para hacerlo.
La adolescencia tiene una duración diferente de unos a otros, está llena de cambios importantes en el desarrollo de cada uno de ellos, lleno de peculiaridades biológicas, psicológicas y sociales.
Si además a todo esto le unimos la situación actual que estamos viviendo: el CONFINAMIENTO, encerrados en casa sin poder salir todo lo que nos gustaría, sin ir al cole… aún es más complicado.
En el fondo, da lo mismo la edad que tenemos, ya que todo se ha vivido con una sensibilidad diferente, con cambios de humor, cuestionandonos qué hacemos, cómo lo hacemos…
Los adolescentes necesitan sentirse parte de la sociedad, integrados con sus iguales, es cierto que gracias a las redes sociales, ellos este sentimiento lo han tenido y logran y sienten esa aceptación. Otros en cambio han decidido encerrarse en su mundo, pasar del resto y estar conectados a través del mundo de los juegos on line a través de play, nintendo, tic toks…
Siento deciros que no hay receta fácil ni mucho menos única. En primer lugar, “porque hay jóvenes y jóvenes, familias y familias, y circunstancias de lo más diversas; no es igual estar confinados en un piso de 100 metros cuadrados donde cada uno tienen su habitación que convivir cinco personas en 60 metros”
Las soluciones más razonables para reducir la conflictividad con los adolescentes, que serían salir a correr, a desgastar energía, y mantener ocupado el día con obligaciones académicas, no dependen de las familias, aunque ya podemos ir haciendo algunas de ellas.
Consejillos que todos conocemos pero que a veces necesitamos que se nos recuerden:
Hay que escucharlos y darles voz para saber qué sienten, qué piensan, cómo ven la situación… Sus análisis pueden ayudar a la familia incluso pueden darnos otra visión de la situación. Si están poco comunicativos, podemos preguntarles qué necesitan para que sea más necesario sobrellevar el confinamiento y si pide conectarse con amigos, momentos de intimidad, buscar alternativas en la organización doméstica para facilitárselo.
Darles espacio, necesitan un espacio exclusivo para ellos, y favorece mucho la convivencia entender eso y respetarlo, pero eso no significa que deban estar todo el dia encerrados
Revisar normas y obligaciones, estas son necesarias en nuestra vida diaria, por lo tanto también en época de confinamiento, que nos ayudarán a limitar el uso de pantallas… Seguro que habéis tenido que negociar con ellos, es normal y es importante que se sientan partícipes. En el caso del uso del móvil y otras pantallas, que es motivo frecuente de bronca entre padres y adolescentes, hay que pautar los tiempos para evitar conflictos.
Muchos me habéis preguntado si es mejor endurecer o aflojar las reglas, si en circunstancias excepcionales de convivencia es mejor ser estricto o más laxo, ya os he dicho que no hay receta única y válida para todos,
Seguramente habréis tenido momentos de peleas, encontronazos sobre: por qué no ha hecho los deberes o recogido su cuarto… es normal, pero no debemos olvidar que debemos encontrar espacios de interacción positiva, hacer algo con ellos, compartir intereses y si no los tenemos es el momento de buscarlos.
Siempre podemos soñar juntos con ellos, preguntarles cuales son sus aspiraciones, que les gustaría hacer de mayores, como se imaginan cuando tengan 25 años…. y ver qué pasos pueden empezar a hacer para poder lograrlos. Hay veces que no se lo han plantado nunca, ayudemoslos, tambien pueden enseñarnos sobre nuevas tecnologias, las redes sociales, aplicaciones…ya que a veces nos llevan cierta ventaja.
Las emociones se contagian, por lo tanto no les transmitamos nuestros miedos, sino todo lo contrario. Es un buen momento para aprender a gestionar nuestras emociones, para conocernos mejor…
Espero que estas pautas os puedan ayudar.
Aurora Novella, Orientadora de ESO y Bachillerato.