En todas nuestras casas salesianas, es tradición comenzar la jornada con los BUENOS DÍAS: 5 o 10 minutos que buscan tocar el corazón de nuestros niños y jóvenes, con palabras que hacen que la persona se sienta amada por aquella que le habla, con estilo sencillo y alegre, desde la esperanza y la vida, y bajo la luz de los valores del Evangelio; para que dejen huella en su vida y desde ella… sean evangelizadores que transformen el mundo que les rodea.
Y, ¿de dónde nace está tradición?
El mismo Don Bosco nos lo cuenta:
“Cada noche, después de las oraciones habituales y antes de que los alumnos marchen a descansar, el Director o alguien por él, dirija algunas palabras afectuosas en público, dando algún aviso o consejo respecto a cosas que se deban hacer o evitar e ingénieselas para sacar las lecciones de hechos sucedidos durante el día en el instituto o fuera; pero su platiquita no pase nunca de los dos o tres minutos. Ésta es la llave de la moralidad de la buena marcha y del éxito de la educación”.
Las Buenas Noches que cada día recibían los muchachos del oratorio de Don Bosco dieron paso a lo que hoy llamamos Buenos Días, manteniendo siempre la esencia que Don Bosco quiso darles.
En este año en que celebramos el 150 aniversario de la fundación de Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, queremos seguir dando vida a esta tradición tan salesiana, que contribuye a la formación integral de nuestros alumnos.
Ariadna Suárez, FMA