En estos días de confinamiento he podido leer varias noticias sobre cómo la ausencia del ser humano ha permitido un renacimiento de la Naturaleza. ESE NO ES EL CAMINO. Me parece muy peligroso asociar una situación tan grave y dolorosa como la pandemia con aspectos positivos sobre el medio ambiente. Tiene implícito un mensaje perverso: la desaparición del ser humano es buena. Y es perverso por varias razones, por un lado no es el ser humano en su conjunto el causante de los graves desequilibrios en la biosfera, son determinadas formas de entender el desarrollo basadas en el egoísmo y la falta de responsabilidad. Bien es sabido que existen formas de vivir respetuosas con el medioambiente. Por otro lado, si bien somos parte del problema, también somos parte de la solución. Desde los años 70 del siglo XX se han multiplicado las voces individuales y colectivas que gritan su amor por la casa común que ponen sobre la mesa soluciones basadas en la ciencia y la tecnología; y que dan ejemplo de como otra forma de desarrollo es posible.
La última razón por la que me parece irresponsable “alegrarse” de esta situación es ,que por larga y dura que sea la pandemia, vamos a resistir. La civilización humana volverá a ponerse en marcha, y eso es algo bueno ya que volveremos a abrazar a nuestros seres queridos, volveremos a jugar en los parques, volveremos a poder trabajar… Y también porque podremos retomar la defensa de nuestra Casa Común allí donde la dejamos hace varias semanas. Con energías renovadas, sabiendo que Dios nos encargó que la disfrutásemos y para ello debemos cuidarla, aprender de nuestros errores y confiando en nuestra fuerza como especie.
Desde el año 2005, la ONU ha puesto en marcha el llamado premio«Campeones de la Tierra». Estos premios resumen muy bien mi punto de vista sobre la lucha medioambiental, ya que “reconocen la labor de personas o grupos que trabajan por el medio ambiente, que inspiran a otros y que defienden un futuro mejor para nuestro planeta.” ESTE SÍ ES EL CAMINO. El esfuerzo personal y colectivo con iniciativas concretas dando ejemplo de vida y sin esperar ni depender de las decisiones políticas. Como bien dice el Papa Francisco en la encíclica Laudato Si, “la política y la empresa reaccionan con lentitud lejos de estar a la altura de los desafíos mundiales”.
En este sentido Salesianas Valencia vive cada día con más implicación el proyecto Laudato Si (o cuidado de la Casa Común), haciendo un esfuerzo a la hora de reciclar, creando eventos de limpieza de playas, realizando excursiones para reforestar y concienciando a pequeños y mayores de la necesidad de romper el pernicioso ciclo del consumismo compulsivo e irresponsable.
En este Día de la Tierra tan especial os invito a todos a releer los mensajes del Papa Francisco sobre el cuidado de la Casa Común e ,incluso desde el confinamiento, hacer cambios en nuestra vida para frenar la degradación del medio natural y humano.
Manuel Feases.